lunes, 27 de abril de 2015

Carta del Che a Fidel Castro.



Carta del Che a Fidel Castro.
« Año de la Agricultura »
Habana, 1 abril 1965
Fidel:
Me recuerdo en esta hora de muchas cosas, de cuando te conocí en casa de María Antonia, de cuando me propusiste venir, de toda la tensión de los preparativos. Un día pasaron preguntando a quién se debía avisar en caso de muerte y la posibilidad real del hecho nos golpeó a todos. Después supimos que era cierto, que en una revolución se triunfa o se muere (si es verdadera). Muchos compañeros quedaron a lo largo del camino hacia la victoria. Hoy todo tiene un tono menos dramático porque somos más maduros, pero el hecho se repite. Siento que he cumplido la parte de mi deber que me ataba a la Revolución cubana en su territorio y me despido de ti, de los compañeros, de tu pueblo que ya es mío. Hago formal renuncia de mis cargos en la Dirección del Partido, de mi puesto de Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano. Nada legal me ata a Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos. Haciendo un recuento de mi vida pasada creo haber trabajado con suficiente honradez y dedicación para consolidar el triunfo revolucionario. Mi única falta de alguna gravedad es no haber confiado más en ti desde los primeros momentos de la Sierra Maestra y no haber comprendido con suficiente celeridad tus cualidades de conductor y de revolucionario. He vivido días magníficos y sentí a tu lado el orgullo de pertenecer a nuestro pueblo en los días luminosos y tristes de la Crisis del Caribe. Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días, me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y los principios. Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos. Yo puedo hacer lo que te está negado por tu responsabilidad al frente de Cuba y llegó la hora de separarnos. Sépase que lo hago con una mezcla de alegría y dolor, aquí dejo lo más puro de mis esperanzas de constructor y lo más querido entre mis seres queridos... y dejo un pueblo que me admitió como un hijo; eso lacera una parte de mi espíritu. En los nuevos campos de batalla llevaré la fe que me inculcaste, el espíritu revolucionario de mi pueblo, la sensación de cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté; esto reconforta y cura con creces cualquier desgarradura. Digo una vez más que libero a Cuba de cualquier responsabilidad, salvo la que emane de su ejemplo. Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi último pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti. Que te doy las gracias por tus enseñanzas y tu ejemplo al que trataré de ser fiel hasta las últimas consecuencias de mis actos. Que he estado identificado siempre con la política exterior de nuestra Revolución y lo sigo estando. Que en dondequiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré. Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse. Tendría muchas cosas que decirte a ti y a nuestro pueblo, pero siento que son innecesarias, las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera, y no vale la pena emborronar cuartillas.
Hasta la victoria siempre.
¡Patria o Muerte!
Te abraza con todo fervor revolucionario.
"Che"

Particularidades de la historia del Marxismo.

ACERCA DE ALGUNAS PARTICULARIDADES DEL DESARROLLO HISTÓRICO DEL MARXISMO
Nuestra doctrina -- dijo Engels en su nombre y en el de su ilustre amigo -- no es un dogma, sino una guía para la acción [248]. Esta tesis clásica subraya con notable vigor y fuerza de expresión un aspecto del marxismo que se
pierde de vista con mucha frecuencia. Y al perderlo de vista, hacemos del marxismo algo unilateral, deforme, muerta, le arrancamos su alma viva, socavamos sus bases teóricas cardinales: la dialéctica, la doctrina del desarrollo histórico multilateral y pleno de contradicciones; quebrantamos su ligazón con las tareas prácticas determinadas de la época, que pueden cambiar con cada nuevo viraje de la historia.Y precisamente en nuestros tiempos, entre quienes se interesan por los destinos del marxismo en Rusia se encuentran muy a menudo gentes que pierden de vista justamente ese aspecto del marxismo. Ahora bien, todos ven han modificado con rapidez y fuerza extraordinarias la situación, la situación política y social, que es lo que determina de manera directa e inmediata las condiciones de la acción y, por consiguiente, las tareas de la acción. No me refiero, claro, a las tareas generales y fundamentales, que no cambian con los virajes de la historia si no cambia la correlación fundamental entre las clases. Es de una evidencia absoluta que esa tendencia general de la evolución económica (y no sólo económica) de Rusia no ha cambiado, supongamos, en estos seis años últimos, como no ha cambiado la correlación fundamental entre las distintas clases de la sociedad rusa. Pero las tareas de la acción inmediata y directa han experimentado en este período un cambio muy profundo, por cuanto ha cambiado la situación política y social concreta; por consiguiente, también en el marxismo, como doctrina viva, no podían por menos de pasar a primer plano diversos aspectos suyos.
Para aclarar esta idea, observemos cuáles han sido los cambios concretos de la situación política y social en los últimos seis años. Ante nosotros se destacan en seguida los dos trienios en que se divide este período: uno, que termina hacia el verano de 1907; el otro, en el verano de 1910. El primer trienio se distingue, desde el punto de
vista puramente teórico, por rápidos cambios en los rasgos fundamentales del régimen político de Rusia, con la particularidad de que la marcha de estos cambios fue muy desigual, la amplitud de las oscilaciones fue en ambos lados muy grande. La base económica y social de estos cambios de la "superestructura" fue la acción de todas las clases de la sociedad rusa en los terrenos más diversos (actividad en la Duma y fuera de la Duma, prensa, asociaciones, reuniones, etc.), una acción tan abierta, imponente y masiva como pocas veces registra la historia. Por el contrario, el segundo trienio se distingue -- repetimos que esta vez nos limitamos al punto de vista puramente teórico, "sociológico" -- por una evolución tan lenta, que casi equivale al estancamiento. Ningún cambio más o menos apreciable en el régimen político. Ninguna o casi ninguna acción abierta y amplia de las clases en la mayoría de los "campos" en que durante el período precedente se desarrollaron esas acciones. La semejanza de ambos períodos reside en que la evolución de Rusia ha sido en el curso del uno y del otro, como lo era anteriormente, una evolución capitalista. La contradicción que representa dicha evolución económica y la existencia de numerosas instituciones feudales, medievales, no desapareció, seguía en pie sin atenuarse, más bien, agudizada por la inyección parcial de cierto contenido burgués a unas u otras instituciones. La diferencia entre ambos períodos reside en que, durante el primero, en el proscenio de la acción histórica figuraba el problema de cuál iba a ser el resultado de los cambios rápidos y desiguales de que antes hablábamos. El contenido de esos cambios, en virtud del carácter capitalista de la evolución de Rusia, había de ser, necesariamente, burgués. Pero hay burguesía y burguesía. La burguesía media y grande, situada en una posición de un liberalismo más o menos moderado, temía, por su propia posición de clase, los cambios bruscos y trataba de conservar restos considerables de las viejas instituciones, tanto en el régimen agrario como en la "superestructura" política. La pequeña burguesía rural, entrelazada con el campesinado que vive "del trabajo de sus manos", debía aspirar forzosamente a otro género de transformaciones burguesas, en las que quedase mucho menos sitio a las supervivencias medievales. Los obreros asalariados, en tanto mantenían conscientemente una actitud ante lo que ocurría a su alrededor, no podían por menos de adoptar una posición definida respecto a este choque de dos tendencias distintas, que, enmarcadas ambas en el régimen burgués, determinaban formastotalmente distintas de dicho régimen, una rapidez totalmente distinta en su desarrollo y una amplitud distinta de la esfera de sus influencias progresivas.
Así, pues, la época del trienio pasado destacó a un primer plano en el marxismo no por casualidad, sino necesariamente, las cuestiones que se suelen llamar cuestiones de táctica. No hay nada más erróneo que la opinión de que las discusiones y divergencias en torno de ellas eran polémicas "de intelectuales", una "lucha por la influencia sobre el proletariado no maduro", que expresaban la "adaptación de los intelectuales al proletariado", como piensan los de Veji de toda laya. Al contrario, precisamente porque esta clase había adquirido madurez, no pudo ver con indiferencia el choque de las dos tendencias distintas de todo el desarrollo burgués de Rusia, y los ideólogos de esta clase no pudieron por menos de exponer las fórmulas teóricas correspondientes (de manera directa o indirecta, como reflejo directo o inverso) a estas tendencias distintas. En el segundo trienio, el choque de las tendencias distintas del desarrollo burgués de Rusia no figuraba a la orden del día, ya que ambas fueron aplastadas por los ultrarreaccionarios, llevadas atrás, empujadas hacia adentro, acalladas durante cierto tiempo. Los ultrarreaccionarios medievales no sólo han invadido por completo el proscenio, sino que han llenado los corazones de las más amplias capas de la sociedad burguesa de los sentimientos propagados por los de Veji, de un espíritu de abatimiento, de defección. Subió a flote no el choque de los dos métodos de transformación de lo viejo, sino la pérdida de la fe en toda transformación, el espíritu de "sumisión", de "arrepentimiento", la pasión por las doctrinas antisociales, la moda del misticismo, etc. Y este cambio sorprendentemente brusco no obedece a la casualidad ni es resultado de la sola presión "exterior". La época anterior había agitado tan profundamente a capas de la población apartadas de las cuestiones políticas, ajenas a ellas durante generaciones enteras, durante siglos, que se hizo natural e inevitable la "revisiónde todos los valores", el nuevo estudio de los problemas fundamentales, el nuevo interés por la teoría, por su abecé, por su estudio desde las primeras nociones. Millones de seres, despertados de pronto de un largo sueño,
colocados de súbito ante problemas importantísimos, no podían mantenerse mucho tiempo a esa altura, no podían avanzar sin interrupciones, sin retornar a las cuestiones elementales, sin una nueva preparación que les ayudara a "digerir" las enseñanzas, sin precedente por su valor, y a poner a una masa incomparablemente más amplia en condiciones de avanzar de nuevo, pero ya de un modo mucho más seguro, mas consciente, con mayor confianza y con mayor consecuencia. La dialéctica del desarrollo histórico ha sido tal, que en el primer período estaba a la orden del día la realización
de transformaciones inmediatas en todos los aspectos de la vida del país, y, en el segundo, el estudio de la experiencia adquirida, su asimilación por capas más amplias, su penetración, si se puede expresar así, en el subsuelo, en las filas atrasadas de las diferentes clases. Precisamente porque el marxismo no es un dogma muerto, no es una doctrina acabada, terminada, inmutable, sino una guía viva para la acción, no podía por menos de reflejar en sí el cambio asombrosamente brusco de las condiciones de la vida social. El reflejo de ese cambio ha sido una profunda disgregación, la dispersión, vacilaciones de todo género, en una palabra, una crisis interna sumamente grave del marxismo. La resistenciadecidida a esa disgregación, la lucha resuelta y tenaz en pro de los fundamentos del marxismo se ha puesto de nuevo a la orden del día. Capas extraordinariamente amplias de las clases que no pueden prescindir del marxismo al formular sus tareas, lo habían asimilado en la época precedente de un modo extremadamente unilateral, deforme, aprendiéndose de memoria unas u otras "consignas", unas u otras soluciones a los problemas tácticos y sin comprender los criterios marxistas que permiten valorar esas soluciones. La "revisión de todos los valores" en las diversas esferas de la vida social ha conducido a la "revisión" de los fundamentos filosóficos más abstractos y generales del marxismo. La influencia de la filosofía burguesa en sus más diversos matices idealistas se deja sentir entre los marxistas en forma de epidemia machista. La repetición de "consignas" aprendidas de memoria, pero no comprendidas ni meditadas, ha conducido a una amplia difusión de la fraseología huera, concretada de hecho en tendencias que no tienen nada de marxistas, en tendencias pequeñoburguesas como el "otzovismo"[249] abierto o tímido, o como el reconocimiento del "otzovismo" en calidad de "matiz legítimo" del marxismo. Por otra parte, el espíritu de los de Veji, el espiritu de defección, que abarcaba a las más amplias capas de la burguesía, ha penetrado también en la tendencia que trata de encuadrar la teoría y la labor práctica marxistas en el cauce de "la moderación y la escrupulosidad". Del marxismo no queda ya más que la fraseología con que se revisten esas consideraciones acerca de la "jerarquía", la "hegemonía", etc., impregnadas por completo de espíritu liberal. Este artículo no tiene como propósito analizar esos razonamientos. Basta con mencionarlas para ilustrar la profundidad de la crisis por que atraviesa el marxismo, de que antes hablábamos, y su relación con toda la situación económica y social del período por el que atravesamos. No es posible sustraerse a los problemas que esta crisis plantea. No hay nada más nocivo, más falto de principios que tratar de eludirlos valiéndose de frases. No hay nada más importante que la cohesión de todos los marxistas conscientes de la profundidad de la crisis y de la necesidad de combatirla para salvaguardar los fundamentos teóricos del marxismo y sus tesis básicas, desfiguradas desde los lados más opuestos al extenderse la influencia burguesa entre los diversos "compañeros de ruta" del marxismo. El trienio precedente ha elevado a la participación consciente en la vida social a capas tan amplias, que son muchos los que, por vez primera, empiezan ahora a conocer debidamente el marxismo. La prensa burguesa fomenta en este sentido mucho más que antes los errores y los difunde mucho más ampliamente. La disgregación en el marxismo es particularmente peligrosa en estas condiciones. Por eso, comprender los motivos que hacen inevitable esa disgregación en los tiempos que atravesamos y aglutinarnos para combatirla consecuentemente, es, para los marxistas, en el sentido más directo y exacto de la palabra, la tarea de la época.
NOTAS
[248] Véase la carta de F. Engels a F. Sorge del 29 de noviembre de 1886. [pág. 321]
[[249]] 0tzovismo: se trata de una corriente oportunista surgida entre los bolcheviques (Bogdánov, Pokrovski, Lunacharski, Bubnov y otros), después de la derrota de la revolución de 1905-1907. Los otzovistas luchaban contra la utilización de las formas legales de lucha, exigian la retirada de los diputados socialdemócratas de la III Duma de Estado, y renunciaban al trabajo en las organizaciones legales. El otzovismo fue la directa continuación del boicotismo -- corriente oportunista dentro del bolchevismo en 1907, encabezado por Bogdánov y Kamenev. Organizando un grupo independiente en 1908, los otzovistas combatían a Lenin; se negaban resueltamente a participar en la Duma, en los sindicatos, cooperativas, así como en otras organizaciones masivas legales o semilegales, y consideraban necesario concentrar todo el trabajo en la organización ilegal. Bajo el rótulo de las palabras "revolucionarias", los otzovistas practicaban en realidad la línea del liquidacionismo. Su política llevaba al partido a divorciarse de las masas sin partido, a que se trasformara en una organización incapaz de realizar una lucha legal sufriendo así ataques de los reaccionarios. Lenin calificó a los otzovistas de "liquidacionistas de nuevo tipo" y de "mencheviques disfrazados".

domingo, 26 de abril de 2015

El Sentido Causal.

Transcribimos un discurso de Julio Anguita González (nacido en 1941 – España, maestro jubilado y político de orientación comunista) del que deseamos rescatar la importancia de la participación ciudadana como una constante rebeldía contra la resignación. Más allá de las opiniones partidarias que son propias del orador, creemos interesante “despertar” a una nueva manera de entender la ciudadanía.

Galileo Galilei descubrió que la Tierra no era el centro del Universo.
Esto enfrentó a la verdad institucionalizada. A las voces del poder.
Galileo fue a juicio.
Todos pensaban que el Planeta Tierra era el centro de todo y deseaban oír que desmintiera sus descubrimientos.  Su respuesta fue estratégica, intentó dejar conforme a su público pero al final dijo en un susurro: “Sin embargo se mueve”.

Sus cálculos matemáticos, las observaciones y el ejercicio de la razón le demostraban que era la Tierra la que se movía. No importa lo que él dijera en el Juicio sabía que la Tierra se movía. Y no se equivocó.

Hoy… Una vez más en nuestra historia estamos parados frente  a la misma duda: si seguir en la resignación, o plantarnos socialmente, rebelarnos.

RESIGNACIÓN.

La resignación es como una droga que duerme a la gente. Tiene muchas causas: por ejemplo es hija de un discurso totalizador que nos dice que no hay más verdad que la competitividad, la economía tiene que crecer constantemente no importa que se contamine el aire, el agua. El poder de estas afirmaciones no puede ser contestado porque todo ese enjambre es lo que produce “el bienestar moderno”, aunque ese bienestar del que se habla no llegue a todos. La resignación es creer que por los datos e indicadores: vamos bien. Creemos el discurso aunque no todos lo vemos.

Tenemos ahí la televisión, los concursos degradantes, la vida de personajes populares, tenemos a mano la literatura de la evasión, las imágenes nos muestran lo bien que vivimos aunque jamás lo observamos con ojos propios. Allí está la droga.
El poder baja desde la Justicia, desde las Cátedras, desde los Medios de Comunicación, sobre todo baja el discurso de que no hay alternativa. Nada cambiará.

Los pueblos cuando tienen problemas no son rebeldes, quien debe comer todos los días no puede rebelarse y poner en riesgo su plato, cuando hay que defender lo que tenemos no hay lugar para la rebeldía. La rebeldía solía surgir de aquellos que comían todos los días y que hoy no hacen nada para no perder sus privilegios: de allí la culpa de quienes están “bien” que no han sido capaces de decir basta a esta situación.

Uno de los éxitos del sistema americano es conseguir que el pobre se sienta culpable de lo poco que ha conseguido. Es la filosofía calvinista, hija del protestantismo: “tú eres culpable de tu situación, no has sido capaz de triunfar, esta sociedad te dio las mismas oportunidades que a todos. Pero tú no llegaste.”

Es perfecto el dominio del poder.

No se basa en la fuerza, en la cohesión o en un ejército: se basa en el dominio de la mente.

Eso “obvio” que cae de la TV, de la Justicia, de los Tribunales, adoctrina resignación, ese “cállate porque si no será peor” lo estamos aprendiendo todos.

Los Medios de Comunicación – y esto no va en contra de Uds. trabajadores sino de quienes tienen el poder – optan decirle al pueblo una parte de la verdad. Seguir un credo único. Amén. Conspiran para deformar el pensamiento. Nos transforman en seres totalmente iguales. Y como dijo Orwell eso no es casual ni inocente.
La resignación es hija de una economía, de un sistema político que confunde muchas cosas. Los universitarios de hoy aprenden la cultura del SI o NO – propia de las computadoras – evitando la variedad de opciones de nuestra vida. Se están eliminando a los seres humanos reflexivos, pensantes. Se buscan esclavos sin pensamientos.

Por eso también se degrada sistemáticamente la memoria de las personas, de los pueblos, de las culturas: porque la memoria nos hace ser lo que reamente somos. Yo soy lo que soy porque viví con mis padres, vivo con mis recuerdos y mis vivencias, soy la representación de todo lo pasado. Tengo pertenencia y anhelos.

Queremos pueblos vivientes, que se estimulen por la historia, por sus héroes, por sus derrotas y sus conquistas, pero en cambio hoy se escapa de la memoria. Es retro, es más fácil mirar siempre adelante.

Se cede el pensamiento y se anula el espíritu crítico.

Se lleva la “Frivolidad” a cada espacio, incluso a los lugares donde se discute la política internacional, allí vemos como se hacen chistes personales.
La política es hoy la mera compra-venta de votos.

¿Qué quiere el pueblo? No importa. Eso es muy fácil de manejar desde los Medios.

Antes se le dice al pueblo lo que el pueblo debe “querer”, los Medios de Comunicación se ocupan de eso con idas y vueltas muy perversas. Luego viene el político con la respuesta. No viene cualquiera, quienes desean hablar con entusiasmo y verdad son acallados de muchas maneras, los que llegan diciendo “yo sé lo que quiere mi gente, sé lo que tenemos que hacer” se encuentra con todo un sistema de detención. Los Medios adoctrinan también a esas personas para que hablen como los Medios quieren, le explican que debe ser políticamente correcto, que esto y aquello no se hace, no se dice. Y si no lo cumples no sales mas por los Medios. Y no consigues votos. Luego… ya es tarde.

La cultura de la hipocresía, que miente a sabiendas, que dice lo que nadie ya cree, donde lo importante es que no se diga lo importante. Ese cáncer de la hipocresía debilita las fuerzas para combatir, todos se siente solos en su instinto de rebeldía. Todo se duerme. Todo muere.

Pero hay otro camino.

REBELDÍA.

La rebeldía es un grito de la inteligencia, de la voluntad. “Ya no le digo que SI a esta situación, no asumo esta podredumbre y lucho contra ella”.
Este tipo de rebeldía es una actitud intelectual, no universitaria sino que nace de la mente y del corazón, del fuego de querer cambiar. Esta es la rebeldía fundamental. Lo otro son gritos de queja. Voces y chillidos de circo romano.

La verdadera rebeldía es el posicionamiento del ser con esos otros valores a los propuestos, haciéndole frente a la realidad. No aceptamos que la competitividad y el mercado rijan el destino de las sociedades. Hay una Declaración Universal de Derechos Humanos que debe cumplirse. Que el hombre y la mujer sean iguales, donde no haya marginados. Hay mucho por hacer. Esto costará mucho tiempo y sacrificio pero vale la pena incluso morir por ello, porque un día igual moriremos. Muramos por lo menos luchando por un ideal noble y no consumiéndonos.

Rebeldía es … es defender los valores.
Hay valores que deben ser mantenidos y pasados de generación en generación, como el hermoso valor de la igualdad. Todos tenemos sangre roja y nuestros corazones están siempre a la izquierda, nacemos todos de la misma manera.

Junto a la igualdad siempre está la libertad. Gran tema. No es lo mismo decir que tenemos la conciencia libre que decir que tenemos libertad de conciencia.
La conciencia libre significa que yo puedo decidir porque tengo todos los elementos para decidir: estoy bien informado, estoy bien formado, puedo comer bien, tengo donde dormir y cómo proteger a los míos. Allí puedo pensar y ser un hombre libre. En cambio si tengo hambre, tengo que estar en las colas de empleo, no tengo información y cuando haya elecciones votaré por hambre y seguridad, no por libertad. Tengo que vender mi hambre.

Y también viene la Justicia, no la difícil del Tribunal sino lo sencillo de dar a cada uno lo suyo, sin distinciones. La ley hace posible que vivamos en sociedad.

Solidaridad.
Este es el mensaje que nos puede hermanar a todos. Consiste en afirmar que no merece la pena luchar por bandera sino por la humanidad toda.

Austeridad.
La austeridad en el sentido romano – mediterráneo. No hablo de vivir en la miseria sino de vivir dignamente. Con lo necesario sin atentar contra la naturaleza. Tener tiempo libre para discutir, dialogar, jugar y hacer el amor. La mejor manera de vivir es poder relacionarnos con otros en el plano de igualdad, sintiéndonos libres. Que seamos vistos como seres humanos y no como seres de consumo: me niego a que me vean como un español que consume tantas salchichas al año.
Austeridad es sobriedad.

Movilizar.
No es solo amontonar gente en la calle, es conciencia. Nosotros existimos – los que queremos pensar por nuestra cuenta – para perturbar a los demás. Si hay creyentes recordarán que cuando le preguntan a Jesús si ha venido a traer la PAZ, él responde “yo no, he venido a traer la guerra”. Quiso decir que ha venido a perturbar. No queremos gente tranquila y drogada, sino despierta, que perturbe, que movilice. “Levántate y piensa” es lo más revolucionario que he oído en mi vida: la rebeldía comienza aquí en tu mente cuando decides no asumir estos valores que proponen resignación, no voy a seguir así. No quiero.
Pensar y hacer pensar. Los grandes revolucionarios de la historia lo que lograron es poner nuevos pensamientos en marcha. Luego vienen las masas, los colectivos, los pueblos a hacer realidad la revolución. Hagamos alianzas pero para cambiar el mundo, no para cambiar un sillon por otro, eso lo hacen “los otros”.

Cultura.
Cultura viene de “cultivo”, cultivarse, no es saber muchas cosas, sino hacerse mas humano cada vez, es captar todo aquello que la humanidad ha ido produciendo y nos mueve por degustar la belleza. La humanidad ha ido superando problemas gracias al hombre culto que mira el mundo con mirada independiente y libre. Piensa como quiere. No importa si sabe leer o no, sino su capacidad para pensar y cultivar. Luego ese hombre libre se puede unir a otro hombre culto rodeado de libros y entre ambos avanzar aún mas. Seguramente uno tiene lo que le falta al otro.